En la película "The King's speech", donde me encanta el espléndido Geofrey Rush y H. Bornam-Carter, sobre otros buenos actores, se muestra la histórica intervención de Mr Baldwin, el primer ministro, cuando dimite, por "dignitas" ya que se ha equivocado trágicamente con Mr Hitler.
Churchill nunca se lo perdonó y comentó que mejor que no hubiese existido.
Supongamos que esa fue la gran razón, el caer en el engaño constante del dirigente totalitario alemán. Aunque yo creo que fue un cúmulo de factores entre la ceguera, el cálculo político, el interés del partido o el miedo en evitar otra guerra; todo pesó, su fallo como estadista-político fue estrepitoso.
¿Donde esta la dignitas de nuestros políticos?
No parece que haya otra táctica que forzar a irse a Rajoy, presentarse, fracasar y tirar la toalla.
¿El presidente en funciones que piensa de su dignitas?
Ha sido responsable mucho tiempo de su partido; hay muchos casos de corrupción en el PP, que llevan años y años forrándose y practicándola; no todos son corruptos, pero hay demasiados ejemplos que salpican alto. Su labor de oposición, sus elecciones ganadas con mayoría en el 2011, sus logros en una crisis, en parte muy mal gestionada por ese débil individuo llamado Zapatero y el PSOE, todo se mezcla como ese cúmulo de factores que asediaban a Baldwin en los años 30, muy diferentes y siempre con la dignitas romana de por medio.
La dignitas de los otros tres posibles candidatos, que tampoco es dignitas de progreso, esta por ver.
En medio de la búsqueda llega Bruxelles, o sea la Desunión Europea, e impone condiciones, en forma de multa, pago o ausencia de abonos, el caso es que las arcas pública tiemblan por 6.100 millones de euros, muy mal debe estar la cosa.
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