Era día de premios, los Goya.
Reconozco que nunca he visto la ceremonia y supongo que las habrá habido buenas, regulares y malas. Lo que si pienso es que a nuestro estilo, con nuestras limitaciones y cualidades, o al menos las de las llamada gente del cine, no somos capaces de ofrecer un producto que al menos sea nuestro.
A mí me gusto mucho la versión de " Martes y Trece", hace siglos, de la entrega de estos galardones y ahi me he quedado anclado, nunca tuve mucha esperanza de verlos subir en calidad, estilo sin copiar, con originalidad, cierta clase.
Confieso que solo he visto un resumen de lo de ayer.
Me alegro por "Tarde para la ira" que ya confesé que me gustó mucho y Raúl Arévalo me pareció un gran tipo y es del Madrid, como si fuese de Ferrol.
Quizás si viese los Bafta, César o Donatello, opinaría igual, con su idiosincrasia propia. Dicen que es una fiesta, del arte, pues parece un poco macarilla donde las bromas escritas adolecen de calidad hasta decirle a Trump ( si estuviese viéndola) que en España se escribe cine con i latina, un delirio de ocurrencia. No es culpa del presentador.
Bueno aquí estoy en Hollywood y en un cine cerca ponen "Lala land", en sesión matinée es barato para los precios de por aquí y a lo mejor vuelvo a verla para confirmar mi primera impresión.
Mientras me quedé viendo "The Veredict", brillante, bien escrita, filmada por Sidney Lumet, estupendas actuaciones, con ese saber hacer de todo profesional que se precie.
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