lunes, 27 de febrero de 2017

El sobre equivocado en momento inoportuno.

Se me ocurrió una broma, en algún momento, al abrir el sobre, el famoso de turno diría: and the Oscar goes to...Donald Trump. Hasta podría ser Javier Bardem, todo serio. Pero no.
Dia de oscuridad en Hollywood, con errores en el pronóstico del tiempo, nublado pero llovizna matutina y amenaza constante.
Ayer un director me mencionaba que ninguna película era completa, redonda de principio a fin, que si había alguna era Manchester by the sea y que Casey Affleck era el que mejor estaba. También decia que el nivel está bajo desde hace tiempo. En ambas cosas coincidía con él.
De todas formas yo pensaba que el voto de los académicos se iría en otra dirección y no coincidiríamos o a veces si.
Esto de los premios es aburrido si hay rutina, falta de corazón, emoción y algo más que lo que se comenta en medios, que es criticar al presidente.
Manejan excepcionalmente la realización, coordinación, guiones, música, efectos, son unos profesionales.
La gala era como el mundo de hoy, las críticas políticamente correctas, el presentador sobrio; una broma de gente entrando para ver a los actores como pretenden esos tours de turistas y los actores actúan y responden. No veía gente genial, exótica, con mucho estilo o personalidad en las butacas y eso que había muchos que me gustan. Creo que hemos creado el paso anterior al robot.
Se esfumó la espontaneidad.
De pronto, al final con la mejor película, los de Price Waterhouse se equivocan y por fortuna no gano Lala Land.
Me quedo con la cara de los perdedores y al estatuilla que no sonríe; para casi todos, estar es una obligación y no una diversión, y eso se nota por muy bien que actúen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario