La Fox, cadena favorita de Trump, ha puesto en circulación "The Americans". Esta es un serie, de éxito económico, que va por su quinta temporada, por ello digo lo del balance favorable en dólares. Como la inmensa mayoría de las series aguanta mal el paso del tiempo, se repiten mucho.
Los protagonistas son un matrimonio de sovieticos que son los espías favoritos de la KGB, haciéndose pasar por la pareja perfecta americana ante las narices del FBI, son los tiempos de la Guerra Fría.
En medio de los anuncios sobre la quinta temporada, se topa uno con escritos, artículos o informaciones sobre coqueteos o relaciones de miembros del gabinete, cargos públicos o simples candidatos con sus colegas rusos, no sovieticos que suena carca.
No está claro el motivo, y parece como si el presidente hubiese elegido solo a personajes que tienen o han tenido algún tipo de " negocio" con los del Kremlin.
Mientras el primer discurso ante el Congreso pasa desapercibido. Incluso aplauden los republicanos y los medios hostiles ven al breve presidente más presidente que nunca. Seguramente se esperaban una colección de twitters con reparto de gorras y piruletas.
Es curiosa la utilización del viejo oso sovietico ahora disfrazado de democracia. Ya Stalin fue utilizado en la Segunda Guerra Mundial ( se dejó y sacó más partido que nadie), la caza de brujas fue una mezcla de histeria colectiva semi controlada y la Unión Soviética un gigante con pies de barro que solo convencía a los ingenuos.
Esto no se bien por donde va.
O
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