La estrella de la muerte

Hace ya más de 40 años de la primera entrega de Star Wars, ya entonces me quedé sobre todo con Obi Wan Kenobi y Lord Vader, luego este, Dark Vader, resulta que también era un jedi, el lado oscuro le había arrebatado, temporalmente. Los demás son importantes, incluso más famosos, pero el peso de estos dos es inigualable como el maestro Yoda.

En eso pensaba desde LA viendo el primer debate a cuatro para las elecciones del 28A. Iglesias acertaba cuando les decía que no se dedicasen a leer lo que les han preparado, que escuchasen y discutiesen, mientras les repetía artículos de la Constitución. Ninguno llena, ningún candidato cautiva, si fuese sólo un debate sobre medidas económicas o de otro tipo bastaría esta falta de aptitud, el problema son los nacionalismos y gobernar. Lo peor, por la amenaza a la convivencia que representa, son los acuerdos con los independentistas. 
El señor Sánchez da sensación de vacío, ligereza, frivolidad, falta de credibilidad, demagogo a ultranza, muy poco estilo, repasando lo que sus asesores le sugieren que gana votos, incluso parece, en encuestas, que no hace mejor que los otros tres y que va a ganar. 

El señor Casado, sin exagerar, es el mejor en gestos, memoria,  imágen cinematográfica, o sonrisa, pero el pasado de corrupción de su partido es su gran lastre. 

El señor Rivera, liberal en busca de liberales en España, es casi vírgen como partido gobernando y le falta cierto poder de atracción. 
El señor Iglesias lo tiene muy claro en su mundo, tanto como que está pensando en retirarse, fue el coherente, equilibrado, sin rencores con ambiciones pasadas.

La estrella de la muerte o el Halcón Milenario  son dos naves fantásticas que no vuelan estos políticos.