jueves, 22 de agosto de 2019

El letrero de madera HOLLYWOOD.

No es que me atrayese mucho la caminata, el tracking hacia esas letras que todo lo dicen y que son un ícono estúpido de un mundo un tanto repititivo. Bueno, podemos decir que, al menos, se hace ejercicio. 
Hay ejercicio en buscar la camiseta de bujías Champions que Pitt saca, diseñada por Tarantino y vendida sin copyrights. Un hit.
Son unas tres millas de caminata, te cruzas con gente, hay una parte empinada o varias, según se miré, pega el lorenzo, hace calor, tienes sed, mucha sed porque había más de treinta grados, humedad y sol de justicia, te vas quedando sin camiseta.  La bajada es mucho más fácil, veloz, descontrolada. 
Ya saben que los que pusieren el letrero de hollywoodland no pensaron que daría tanto juego, con el tiempo fue medio destruido, vandalizado, vallado, y el resto es historia. Hace años que sólo dice Hollywood. Ahora es el objetivo de los smartphones.
Hay queda la hazaña, con sudorosos caminantes que se cruzaban con mi grupo, autóctonos y turistas. No me cruce con Brad Pitt enseñando su torso de más de cincuenta años

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