sábado, 10 de agosto de 2019

La frivolidad de todos los días obrsevada por los pequeños.

Quizá en verano queda escribir de recuerdos del pasado, de celebraciones, aniversarios, como hacen los medios faltos de noticias o de las vacaciones de los famosos, famoseo o ese grupo amplio de personas y aspirantes que no sabes bien que han hecho para ser famosos. No son temas muy sugerentes, unos llevan mucha nostalgia otros mucha estupidez, que suele acompañar a la nostalgia.
En el verano (del hemisferio Norte) brotan menos conachadas (me permito usar esta palabra) en los grupos de whatsapp, el personal, aunque se lleve el móvi, ha todas partes está distraido, extasiado, contemplando las olas o los cielos. Aunque Neymar ocupe páginas, el nuevo Primer Ministro británico también, el no gobierno en España (que hace preguntarse para que sirve uno), como la existencia del presidente Trump o la búsqueda afanosa de su relevo, las incursiones de unos,  los amagos de otros, la idea del progreso como venta ambulante de futuro, da la sensación que son factores que en realidad no trascienden. Quizá hemos construido un mundo, no se si con intención, yo le llamo occidental-norte, donde todo se queda en una especie de película. Las palabras se utilizan con un significado manipulado de antemano, justicia, democracia, libertad, igualdad, derechos (deberes pocos). 
La realidad es la de la gente que sufre, los que tienen un futuro sin futuro, los que huyen de sus casas, los que no tienen ni lo mínimo para sobrevivir , no que se queden sin vacaciones en number 10 o Moncloa (que no se quedan). Me preocupa que seamos tan frívolos, los niños lo palpan cada día en la comodidad del occidental-norte.

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