En Madrid fiesta de La Paloma, la vírgen de Agosto, las verbenas de cuando no veraneaba el pueblo, un pueblo que tomaba agua, azucarillos y aguardiente. Allá veo a mi pueblo a muchas millas de distancia desde una tierra que también colonizaron unos cuantos hispanos.
Tampoco torea todo el mundo, del mundo de los toros, porque no hay tantos festejos, ya saben un arte en declive y demasiado español para que lo dijieran todos, amparados en lo que sufren los animales.
Yo hago como Leoanrdo di Caprio que sólo se dedica a ver películas antiguas, escuchar música clásica y preferir chicas jóvenes hasta que los de #Metoo salgan con que Leo también abusaba, como aquel merengue de Santo Domingo llamado "Abusadora, torturadora, tú me dejaste, tu me querías..."
Mañana, Dios mediante, comenzará la Liga temporada 2019-20, no somos el equipo a batir, somos el equipo a sufrir con Zidane y el turrón de por medio. Hay varios que van como una moto, con resultados aparentes, juego alabado, fichajes que funcionan. Nosotros no hemos cambiado mucho, practicamente somos los mismos de hace años, gente con pasado. Los jóvenes representan el futuro, sin confirmar excepto Take, el japonés, que está sin inscribir. Los recien incorprorados, como casi siempre nos sucede, no acaban de carburar, se han lesionado o no gozan de mucha fortuna.
Bueno, como Leo, tengo los viejos, los clásicos para buscar en las esencias de Puskas y Di Stéfano, Kopa, Rial, Gento, o llegar a Pirri y Amancio o soñar, si no puede el Madrid ¿quién puede?
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