Tocaba Salamanca, culta, solemne, estudiosa, en un día frío de enero contra el Unionistas, no la U.D. de toda la vida.
Los locales con mucha ilusión, inteligencia táctica, fuerza física, disciplina, buenos jugadores desde el portero hasta Romero, autor de un buen gol, pelearon, compitieron bien. La afición casi en la felicidad completa. No se les puede reprochar nada, si hubiesen pasado se cae su pequeño campo, como si el Gloria se hubiese desencajado encima suya. Ellos intentaron aprovechar nuestras conocidas debilidades.
Este formato a un sólo partido, en el campo del equipo inferior, nivela algo, da emoción, obliga a los gallitos a espabilarse.
El Madrid ha movido banquillo respecto al sábado. Se han vuelto a ver las carencias de algunos, sobre todo en la parte defensiva, que permitía agujeros enormes por la banda izquierda, no tiene mucha solución. Casemiro, atento, se bastaba. Ha estado bien Brahim, con dos goles, Bale se ha ido como llegó aunque marcó el primero. Vinicius creó mucho peligro por la izquierda, incansable, pero se fallaron, o no llegaron a la red, muchas oportunidades alcanzadas por esa banda. Seguimos faltos de gol. El 1-3 es lo que es, permite pasar de ronda y esperar.
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