Vuelvo a Granada que decía Miguel Ríos, vuelvo a mi hogar. Dejo California, en particular la zona donde he residido, extensa, amplia, me espera el hogar que decía Igor en The Young Frankenstein, señalando el castillo de Transilvania, donde el famoso doctor realizaba sus experimentos. Esto no es una película, menos una obra de Mel Brooks, es la vida real, avión gente, muchas horas, jetlag.
Dejé una España con gobierno provisional el año anterior, ahora hay un gobierno de coalición, ya dije que no hablaré del gobierno, menos por referencias, si puedo hablar de como los medios han acogido ese nuevo ejecutivo, lo han acogido sin sorpresas,... dependiendo del color con que miran los acontecimientos políticos. La posición, que ha cometido y comete grandes errores, lo llama gobierno Frankenstein, ellos se han reunido alrededor del doctor para proseguir con el experimento. Es cierto que en Europa se forman gobiernos de coalición desde hace mucho, se cohabita, no se desmembrena nada. Los políticos salen felices en sus tomas de posesión, los los de Podemos más felices que nadie. Al militar el valor se le supone hasta que entra en combate y pasa a tener valor reconocido, aunque alguno habrá que pueda sentir temor a perder su vida, no se comporte con la dignidad requerida. ¿Qué se le presupone al político o política?
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