Hoy es el día que es, 8 de marzo, domingo. Se pegan, parece ser, feministas y LGTBI+, ya lo decía Millán Salcedo, en una toma de camerino, cuando le preguntaban si era transformista o transportista y contestaba que mecánico fresador. No quería entrar en guerras.
Me acuerdo de mi madre porque me acuerdo a menudo, pienso en ella, su vida, ayer era su cumpleaños. Yo tuve una madre, lo cual no es novedad en los seres humanos, de la cual pude disfrutar más que muchos, con larga vida entre nosotros, mientras otros no tienen esa fortuna. No me parezco mucho a ella, tampoco. a mi padre, me refiero a carácter, forma de ser, no en el físico. Tenía muchas cualidades, sus defectos, sus ancestros, su educación, condicionantes, creo que pasó haciendo el bien. Si recuerdo que en el mundo de mi adolescencia, de aquellas Españas, antecedentes, situación, nunca me intimidó ponerme de su lado, defenderla, ayudarla en sus argumentaciones, en poner la mesa, en el día a dia, escuchar, hablar con ella. En el colegio me decían: "dar un beso a vuestra madre al despediros, al llegar, no os olvideis porque seais mayores", teníamos 12 años, Era ama de casa, diferente porque abandonó su trabajo al casarse para no volver, dedicación sólo a su marido e hijos. Muy europea, diría yo, independiente, curiosa, paciente, Mi madre era inteligente y buena. No fue rebelde.
Hemos vivido un pasado en el mundo occidental controlado por los hombres, mundo de hombres, donde era una gran ventaja ser macho, primogénito, llevar pantalones. Las mujeres en ese mundo, llamado civilizado, han tenido que hacer, casi siempre, una labor, doble o triple, abandonadas, relegadas, como si no tuviesen opinión, ni voto. Se ha evolucionado, mejorado, sobre todo en el siglo XX, queda mucho por hacer, es una cuestión de justicia, tiempo de no ser injusto de nuevo. Espero que en el futuro cualquier niña pueda mejorar la vida que llevó mi madre, espero que no se pierda el espíritu, la generosidad de mi madre. Esto lo entendí con 12 años y mi madre lo sabía.
Hemos vivido un pasado en el mundo occidental controlado por los hombres, mundo de hombres, donde era una gran ventaja ser macho, primogénito, llevar pantalones. Las mujeres en ese mundo, llamado civilizado, han tenido que hacer, casi siempre, una labor, doble o triple, abandonadas, relegadas, como si no tuviesen opinión, ni voto. Se ha evolucionado, mejorado, sobre todo en el siglo XX, queda mucho por hacer, es una cuestión de justicia, tiempo de no ser injusto de nuevo. Espero que en el futuro cualquier niña pueda mejorar la vida que llevó mi madre, espero que no se pierda el espíritu, la generosidad de mi madre. Esto lo entendí con 12 años y mi madre lo sabía.
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