Viendo la serie The Young Pope se me ocurren muchas cosas, no todas ella relacionadas con la belleza plástica de sus imágenes donde el director se recrea en el Vaticano por dentro y por fuera.
A este señor Paolo Sorrentino podríamos fácilmente preguntarle ¿Quién viene siendo ese joven Papa americano tan guapete y listo?
¿Para qué le han votado en el Cónclave?
En mi fuero interno tengo mis sospechas sobre la identidad del personaje.
De todas formas no es la realidad, es una ficción en capítulos. Realidad es el ajetreo de la Trump Tower y people entrando y saliendo para conformar un gabinete.
Lo fascinante es que la cantera es muy grande, sólo hay que convencer con ideas a los posibles candidatos.
No creo que se trate de dinero, aunque también; es más bien de llevar ilusión a unos tipos que deben estar muy preparados. Los primeros nombres ya circulan en los medios, no se si lo hacen para sondear cual sería la reacción si de verdad fuese un candidato confirmado.
No son los tiempos de JFK donde había un hermano de toda confianza y el atractivo del presidente electo; la situación, en plena Guerra Fría, era muy diferente y también complicada. Quizás la diferencia es el porcentaje de ilusión en los votantes.
A JFK le votaron con ilusión y atraídos pro el personaje, su juventud y su estilo. Ahora no son esos los factores en la decisión sobre el voto. Más bien se ha votado por no votar al otro, en este caso a la otra; por querer cambiar sin saber bien cómo, por estar harto, por no aguantar lo mismo.
Diferentes motivos, la misma cantera, las mismas responsabilidades.
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