Ayer oí a un profesor hablar del miedo, como le habla a sus alumnos del bachillerato.
Miedo al fracaso, miedo a que no te acepten, al rechazo, y miedo a que te ocurra algo, una enfermedad, una desgracia. Dijo que en realidad son los miedos más comunes, como los Tres Mosqueteros, todos para uno y uno para todos.
No dedicó ningún tiempo a hablar del miedo a la muerte, a morir.
Al no ser un doctor en disciplinas de la mente no habló de fobias, o enfermedades. habló del ser humano sano que disfruta, en occidente, el periodo más amplio de paz y bienestar jamás conocido.
También disertó sobre sus sentimientos, echaba de menos los comportamientos heroicos, aunque en Mali alguien se ha comportado así. Sin que yo estuviese de acuerdo; afirmó que antes se iba a las guerras casi con entusiasmo, sin miedo ( lo dudo mucho, aunque algunos inconscientes si fuesen a los desfiles iniciales).
Habló de la situación privilegiada del mundo occidental, con todas las ventajas que tenemos, que en cualquier otra parte del planeta no se vive a este nivel y la gente no tiene miedo.
Se podrían comentar los matices, pero una cosa esta clara, tiene miedo el que tiene algo que perder. Probablemente los descubridores, conquistadores, de otros siglos, se lanzaron a la aventura porque aquí no había nada que hacer.
¿El español en un alto porcentaje tiene miedo? ¿De qué?
Supongo que de perder la cervecita, la terracita, la charleta, el partidito, el veraneo, los placeres de la vida...
El miedo es humano y dicen que legítimo, también es signo de decadencia. No hay que tener miedo.
La vida no es justa, es como una montaña rusa; dependemos de nuestra naturaleza humana y no queda otra que seguir remando o como los enanitos del cuento de Blancanieves. Si lo recuerdan Mudito, en la película de Disney, cierra la puerta de los diamantes y se lleva la llave, luego se acuerda y la deja colgada en su sitio, al alcance de cualquiera.
¿Para qué querían los diamantes?
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