Hay personas con grandes capacidades que saben mucho de lo suyo, o poseen una basta cultura, y no son sabias y el paso del tiempo tampoco les hace sabias y esto es más preocupante; pueden tener posesiones, triunfar, llegar a presidente en los USA, hasta jugar en el Madrid, no aportan ninguna sabiduría.
Según se acerca la decadencia física y mental (que adquiere diferentes proporciones y aspectos en las diferentes circunstancias de cada uno) es importante ser capaz de juzgar la realidad.
¿Qué ocurre si nunca se ha sido capaz de hacerlo? ¿Si siempre se ha ocultado lo evidente, huyendo, escondidos?
Ahora llega la gente al final de sus días en busca de "prolongaciones"; cirugía estética, píldoras milagrosas, dietas fantásticas, y nuevas artificialidades. Aparentemente de lo que se trata es de cantidad. No nos enfrentamos a la decadencia que es algo natural con naturalidad.
Sin embargo hay quién si sabe hacerlo y el consejo que dan es dejar atrás el egoísmo. Cuando somos menos egoístas y abandonamos el yo, yo y yo, perdemos los miedos, el ansia, y encontramos paz y tranquilidad, somos más naturales y vemos los acontecimientos con perspectiva.
Es curioso que dejar de pensar en nosotros mismo se convierta en la llave para estar más a gusto con nosotros.
No se le puede pedir a un león macho que no coma el primero la mejor porción de una cebra que han cazado las leonas, se sacia, por supervivencia, y luego deja su parte a los demás. Ahí acaba y empieza el ciclo de los leones; los humanos somos algo más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario