Quizá la culpa la tengo yo, que me gusta mucho Saturday Night Live, ese show neoyorkino de humor e ingenio.
En ese programa de tanta categoría, con guionistas magníficos, por las bromas, los gags, la música en directo, los presentadores de gran nivel, cómicos y actores de prestigio, se empieza con Trump y se acaba con Trump, en nuestros sábados. No es que se imite al presidente ( siempre Alec Baldwin), es que no dice nada que tenga sentido, todo se ridiculiza.
Es patética la imagen que da, la Casa Blanca, su política ( o ausencia de) sus colaboradores, su mundo, su familia.
Parecido es oír el debate político en Cataluña y la mayoría de sus actores. ¡ Qué pena que no tengamos a los de SNL por estos terruños !. Si no fuese porque lo que está en juego es la continuación del nefasto procés, part II, casi nadie seguiría los debates porque son un sin sentido. Nos hemos acostumbrado a la falta de ideas, la demagogia y la incultura.
Y es que los USA son contagiosos. El sin sentido de tener a Mr. Trump encendiendo el árbol de Navidad se va transmitiendo con una rapidez pasmosa en eso que llamamos la civilización occidental. He repetido, a menudo, que muy pocos presidentes en los US han sido realmente relevantes, pero casi siempre había dos circunstancias útiles, una alternativa y un grupo de políticos, (que no querían ser candidatos ), pero que se dedicaban a hacer política. En Cataluña cualquier día eligen a Pep Guardiola de president en el exilio de London si no gana la Champions con el City.
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