martes, 12 de diciembre de 2017

La definición del catalino independentista.

Josep Plá, el prolífico, excelente escritor, que se expresaba preferentemente en catalán escribió "El primer drama del catalán consiste en el miedo a ser él mismo. Pero hay otro todavía más grave: el catalán no puede dejar de ser quien es. Ante un problema de dualismo irreductible, todavía no se ha inventado nada más cómodo que huir. El catalán es un fugitivo". 
A este hombre no se le puede acusar de no ser catalán, no amar a su tierra, ser fascista, anti demócrata, violento o del Madrid. Se le puede acusar de observador agudo, estudioso, intelectual, viajado y buscador incesante de la verdad, allá donde esté. Me pregunto si será el autor  de cabecera de Puigdemont, Forcadell, los dos Jordis together, Rovira, Pep Guardiola, los políticos presos, etc...
Y don Josep continúa:
"A veces huye de sí mismo y otras, cuando sigue dentro de sí, se refugia en otras culturas, se extranjeriza, se destruye; escapa intelectual y moralmente. A veces parece un cobarde y otras un ensimismado orgulloso. A veces parece sufrir de manía persecutoria y otras de engreimiento. Alterna constantemente la avidez con sentimientos de frustración enfermiza. A veces es derrochador hasta la indecencia y otras tan avaricioso como un demente, a veces es un lacayo y otras un insurrecto, a veces un conformista y otras un rebelde” (…). El catalán es un ser humano que se da —que me doy— pena. Unamuno dice que [los catalanes] hasta cuando parecen que atacan están a la defensiva".
Amén. Es difícil definirlo mejor.
Nosotros mis amigos y yo de pequeños les llamábamos catalinos, para diferenciar de los verdaderos catalanes, o sea que ya existían, no es nuevo

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