Superlópez no estaba, pero ha sido él. El totalitarismo son lentejas.

Superlópez, ahora en cine malo, era la versión hispana del hombre de acero muchos lustros después, ayer no se le vió. Tampoco estaba Sánchez en realidad, ni Sánchez, ni López, estaba Rufián, Gabi para los íntimos, un malo de tebeo de Superlópez o tahúr caribeño. 

Todo ocurría en la carrera de San Jerónimo, Cortes Generales de España, Parlamento de la nación, todo sucedía muy rápido. La presidenta aplicó el reglamento, expulsó de la sala a Rufián, los del grupo de ERC, solidarios, se fueron yendo. El ministro Borrell, cual profesor a la salida de los alumnos traviesos, atento, vigilante. 

De pronto (no se puede apreciar con claridad) un algo sale de la boca de uno de los que se van, un parlamentario de ERC que no es el desgraciadamente conocido Rufián. El ministro de Exteriores señala con el dedo al travieso lanzador y afirma: ha sido él. 

Luego la presidenta regaña a los parlamentarios, en general, da sus instrucciones.

En la forma es por llamarse golpista o fascista, en el fondo es mucho más. Fascista es un insulto, después de 1945, por lo que hizo Hitler, al perder la II Guerra Mundial, y el Holocausto, en realidad se sabe que lo inventó Mussolini en Italia que también perdió. Regímenes muy parecidos y diferentes. El pueblo apoyó, Italia o Alemania, masivamente a ambos, cuando se trataba de reconstruir los países (consecuencia I Guerra Mundial) y se fueron rebelando al perder contra los aliados en la II. En realidad son totalitarismos, no admiten otra opinión, no hay democracia real, una opción y se acabó. El comunismo es un totalitarismo, del mismo calibre, que triunfó en la URSS, fracasó luego y ahí sigue con su propaganda. 

Golpista es el que intenta, o da, un golpe de estado, que en espera de sentencia es lo que hicieron en Cataluña. Los de ERC  en el poder de la Generalitat, Junqueras a la cabeza, serán juzgados. Los que intentaron proclamar una república en Cataluña se alían entre si en un barullo de ideas con el nexo de separarse de España. Todo los que quieren esa república sólo admiten una opción son: totalitaristas. Eso no lo podría prohibir la presidenta, ese es el fondo.