lunes, 28 de julio de 2014

Ser feliz entre malas noticias.

He leído, en algún sitio de cuyo nombre no me acuerdo, unos consejos del Papa Francisco, futbolero y hombre de bien. Son reflexiones para ser feliz, no son nada exóticos, sino sencillos y coherentes como él. 
No se trata de fumarse un porro de marijuana y menos si eres negro o afro-americano y vives en los USA, porque entonces tienes muchas más posibilidades de ir a la cárcel, se trata de compadecernos más de nosotros mismos y al mismo tiempo de confiar.
Habla de ser positivo, de no preocuparse tanto por el aspecto negativo de los otros, de la crítica de sus defectos o errores, de olvidarse de lo negativo, y es cierto, aunque estamos rodeados de negativos, de ejemplos negativos, de tendencias negativas, de casos negativos porque es lo que es noticia, porque sale en la televisión y como dijo algún gringo político sino sale en la televisión es que no ha ocurrido.
Es curioso que todas las cosas buenas que hay o los actos cotidianos de profunda bondad no sean merecedores de unas líneas. Quizá sólo los embarazos y nacimientos de hijos de "famosos" son noticia como hecho positivo, cuando ocurren, aunque nadie mencione que la carga genética que arrastran estos hijos de famosos puede convertirse en el futuro en factor decisivo para una misión imposible.
A Rusia, ese binomio Unión Europea- USA quieren sancionarla por su participación de alguna manera, o la de su gobierno, en el derribo del avión de pasajeros que sobre volaba, un tanto ingenuamente, un espacio aéreo donde no se respeta la seguridad de una aeronave civil cargada de personas. Me gustaría ver en que acaban las sanciones y si realmente alguien va a pagar por un crimen de tal envergadura.
Es una noticia negativa que produce mala sangre al espectador no involucrado, no digamos a los familiares de las víctimas, los verdaderos afectados. Sin embargo nos conduce a una espiral de negatividad que no resuelve un canuto, si el consejo de un buen hombre.

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