En el puerto de Barcelona hay una estatua del descubridor que apunta hacia la mar. De pequeño, embarcado en Las Golondrinas, me dijeron que señalaba el camino a América, pero no me salían las cuentas ya que América esta y estaba al oeste. Luego me di cuenta que para llegar a América desde Barcelona hay que navegar hasta el estrecho de Gibraltar, pasar al Atlántico y entonces poner un rumbo de componente hacia poniente, seguir los Alisios y tener suerte.
Yendo a tomar mejillones a la bocana de entrada desde el Portal de La Paz, con miembros de la familia mareados, no tenía dudas de que Barcelona, Cataluña, sus gentes, incluso en medio de los goles del FC Barcelona, en las palabras de un idioma diferente, representaban una parte de España, orgullosa de su pasado, generosa con el futuro.
Ese puerto magnífico es, siempre fue, refugio de muchos liners, ocean ships, trasatlánticos, cruceros, barcos enormes llenos de turistas que llegan en paz deseosos de disfrutar de la ciudad y sus alrededores. Un puerto muy visitado en el Mediterráneo, un puerto de todos.
Ya no visita la Sexta Flota de la US Navy, pero un día de estos, temprano, sin hacer mucho ruido, entra un barco de guerra que parece americano, de esos fabricados para evitarla o que si ocurre el indeseado conflicto te encuentres en las mejores condiciones de hacerle frente. Un buque espectacular, de diseño moderno y capacidades/sistema de combate extraordinarios para su tamaño, tecnología punta, envidia de las marinas de guerra de nuestro entorno y orgullo de todos. Ese buque arriba a esa misma Barcelona, ciudad que siempre ha recibido a nuestros barcos con gran cariño como ciudad marinera que mira a la mar , cuyos habitantes saben lo importante que es la mar para un pueblo y se cruza con las modernas Golondrinas.
Yendo a tomar mejillones a la bocana de entrada desde el Portal de La Paz, con miembros de la familia mareados, no tenía dudas de que Barcelona, Cataluña, sus gentes, incluso en medio de los goles del FC Barcelona, en las palabras de un idioma diferente, representaban una parte de España, orgullosa de su pasado, generosa con el futuro.
Ese puerto magnífico es, siempre fue, refugio de muchos liners, ocean ships, trasatlánticos, cruceros, barcos enormes llenos de turistas que llegan en paz deseosos de disfrutar de la ciudad y sus alrededores. Un puerto muy visitado en el Mediterráneo, un puerto de todos.
Ya no visita la Sexta Flota de la US Navy, pero un día de estos, temprano, sin hacer mucho ruido, entra un barco de guerra que parece americano, de esos fabricados para evitarla o que si ocurre el indeseado conflicto te encuentres en las mejores condiciones de hacerle frente. Un buque espectacular, de diseño moderno y capacidades/sistema de combate extraordinarios para su tamaño, tecnología punta, envidia de las marinas de guerra de nuestro entorno y orgullo de todos. Ese buque arriba a esa misma Barcelona, ciudad que siempre ha recibido a nuestros barcos con gran cariño como ciudad marinera que mira a la mar , cuyos habitantes saben lo importante que es la mar para un pueblo y se cruza con las modernas Golondrinas.
Esta fragata fue botada para llevar el nombre de "Cristóbal Colón", aquel hombre, nacido probablemente fuera de España, pero que fichó por sus reyes, por su bandera, como primera nación moderna de Europa. El símbolo es realmente lo fundamental de aquella flota de sólo tres navíos, de pequeño porte, que representaba en su insignia una idea que aquellos reyes y otras gentes de bien, habían sabido aglutinar. No nos engañemos, no retrocedamos, la idea continúa.
Mágnifica reseña Dantés. Barcelona era, es y seguirá siendo un trozo de España al que amamos y al que siempre deseamos volver. Aunque hace cerca de 50 años, aún tengo fresca las imágenes de la Jura de Bandera de la Escuela Naval Militar celebrada en la Avenida de María Cristina de Montjuic. Corría el año 1966 y allí juramos defender a España hasta la última gota de nuestra sangre. Eramós jóvenes de entre 18 y 21 años que habíamos llegado al magnífico puerto de Barcelona en los viejos buques que por entonces operaba la Armada. Eran tiempos de insuficiencias, económica y de otros tipos. Años después hemos visitado la ciudad con buques más modernos, siempre hemos disfrutado allí. Para los profesionales embarcados era delicioso ver las grandes colas de visitantes delante del portalón y el agradecimiento que mostraban los escolares después de salir a navegar con nosotros por la bahía. Deseamos a la Fragata Cristóbal Colón una feliz estancia en dicho puerto. No se la vestimenta que ha usado su dotación para salir a tierra, pero me gustaría que hubiera sido de uniforme.
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