Muchas veces me pregunto ¿Dónde está la realidad?
Sobre todo me sucede después de hojear los periódicos, las noticias. Y es que estamos en un posible momento de ficción o manipulación continuada por los que saben qué hacer con la información. Si llegase un extraterrestre a nuestro mundo global no se que le interesaría más si el conglomerado Kardashian, los twitter de Trump o el desconcierto europeo.
Hay elecciones en Britain, Brexit y suena a que el partido conservador puede obtener una mayoría suficiente y amplia; curioso, pero inteligente movimiento del pragmatismo inglés. Mientras a Tony Blair no le queda más remedio que volver a la política, eso si con más libras en el banco de donde sea. Al final puede que los británicos ( no todos) acaben descojonados de la risa por la forma y método con que se han ido de Europa de rositas.
En Francia, la hija de Le Pen, que no la de Ryan, puede que tenga que esperar y la historia romántica de amor a cualquier edad del nuevo candidato llene las páginas del Eliseo. Aún así no sabemos donde acabará la V República.
En las Españas el presidente le dice a Iglesias que no va a proponer una moción de censura contra él. Si yo soy el candidato coletero me la corto, no precisamente la coleta, ante la munición que lleva una frase de tales sugerencias.
La realidad es otra porque te azota como un rayo un bikini grande saliendo de las aguas cual constatación cruda de los efectos de los años en la piel y en los tamaños. No se trata de votar sobre el tipo de pompolón, culete, geranio o cachas que motiva más a los machos, todos sabemos que depende del momento.
No quiero entrar en el debate sobre la belleza de Kim Kardashian ante las fotos publicadas; me recordaba a una señora en La Barrosa o Benidorm entrando en el agua bajo la atenta mirada de don Antonio Ozores o Saza ¿Que hubiesen pensado de la Kardashian?
No se porque no contratan de jefe de prensa de un candidato político a la madre o al padre ( que ahora vive inmerso en la búsqueda de si misma como todos nosotros), nos mutarían la realidad siempre que no se bañase el candidato.