Tensa noche de emoción sin Goya de testigo.

Se despierta perezosa la ciudad recordando el día en que el pueblo de Madrid se alzó contra los franceses, días de lucha implacable. Se acerca el partido del año, que no ocurre cada año. Nada hay como un partido de semifinal europea en Chamartín, es un privilegio poder ir a verlo, jugarlo ni lo imagino; se paga un abono anual sólo por estar esa noche.

En este caso es contra el Atlético de Madrid, un rival duro, difícil, como lo sería cualquiera a estas alturas. Se dan otras circunstancias, añadidas a la dificultad del oponente, como el plus de la ancestral rivalidad y conocerse muy bien, ser de la misma ciudad. Nosotros no queríamos este adversario.

Juegan con mucho orden, defienden muy bien, conceden pocas oportunidades y cometen escasos errores. Además llevan perdiendo con nosotros en los tres últimos enfrentamientos de Champions de estos últimos años y naturalmente las probabilidades están a su favor. Esgrimen, un tanto cansinos, el argumento de la deuda que tiene la historia con ellos (?) y otras boludeces que no se como influirán, ya que cada partido suele ser distinto en esto del fútbol.

¿Cómo llegamos a esta cita? Pues con irregularidades, altibajos, nos hacen demasiados goles.

La condición física no es tan mala, pero no veo muchos jugadores en gran forma, excepto Marcelo (faceta ofensiva) y Carvajal; la esperanza del primer tiempo de Modric el sábado y que entre todo lo que no ha entrado este año. 

¿Quién será determinante? No veo a jugadores con capacidades determinantes, de los míos, en muy buen estado o racha.

¿Y el rival? Un posible campeón. Mucho más previsible que nosotros y parece que es sólido últimamente, dentro de su forma de jugar. tiene pocos puntos débiles y buen centro del campo. Su portero Oblak es magnífico, Griezman mete goles y sobre todo se cierran, Carrasco es muy peligroso, Correa rápido cuando sale, Torres hipermotivado; no se desordenan, entran fuerte y el entrenador ( de aspavientos, palabrería y mal perder) sabe hacer los cambios y optimizar los errores, desacoplos o debilidades del adversario. En buena lid es un rival parecido a la Juve, con menos potencial, pero similares dificultades.