De pequeño fui mucho al circo Price, maravilloso lugar, allí en vivo, directo, leones, trapecistas o payasos actuaban para hacerte feliz. Vi a los mejores. Sus olores y ruidos están en mi memoria, el serrín y las patatas fritas.
El mayor espectáculo del circo no funciona en las Españas como en aquellos tiempos, no van de pueblo en pueblo, tenemos la televisión, hay payasos aunque no son tan buenos.
Noble profesión.
Este circo actual que surge en la pantalla tonta es avergonzante; ayer lo vi en el gimnasio donde necesito distracciones, a veces no musicales para compensar el esfuerzo físico de una vida sana.
Contemplé boquiabierto a los de Unidos Podemos ( no se si están muy unidos ni lo que pueden) anunciar una moción de censura. Se sitúan ante un micrófono agolpados en una versión cateta de los 7 Magníficos.
Oí la patética argumentación, llena de frases estudiadas, pensando que listo soy, que repiten hasta la saciedad; el insulto al diccionario, le reiteración, la propaganda, demagogia, ausencia de ideas, comprendí las imitaciones de José Mota y el colmo de la hipocresía porque van a por el PSOE, su espacio o sus votos y justifican sus catos apelando a los buenos sentimientos y reacciones del pueblo ante la corrupción. Hasta utilizaban la palabra patria, democracia, instituciones y el colmo de la hipocresía hubiese sido mencionar a Thomas Jefferson, Lincoln o Montesquieu.
El caso es que la corrupción y los errores, el afán de mucho hombre público de servirse del cargo y no servir, no puede ocultar las intención de otros. Además insultan la inteligencia del que escucha mezclando conceptos, la sociedad civil y el Parlamento como si de presuntos profesores manipuladores ,dirigiéndose a alumnos temerosos, se tratase.
Algo conseguirán porque en las Españas hay mucho mezcla de intereses y cultura ramplona, aunque también hay algo de sentido común.
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