Es cierto que hoy hay un atractivo partido de fútbol en Chamartín, el futuro de la Liga, ahí estoy para verlo, disfrutarlo; también hay elecciones en Francia, dicen que se juega el futuro de Europa (?), no lo creo, pero no lo disfrutaré y todo en en día de San Jorge.
En efecto son acontecimientos de un domingo abrileño, de temperatura agradable y sol en la capital.
Ayer cené en "Puerta 57" (buscar lugar del restaurant) para calentar motores. Madrid tiene tantos sitios a donde ir.
No estaba el horno de mi cabeza para muchas cosas, no es sólo el jet lag, que supongo afecta después de tanto tiempo en otro huso horario y cambios de forma y hacer las cosas.
Somos todos humanos y como decía un personaje de Shakespeare :"Al nacer lloramos porque entramos en este basto manicomio", o algo similar. Elegante versión de la definición de Monty Python sobre la vida, la de "es una mierda cuando piensas en ello".
En medio de la noche la frase me perseguía, por una parte soñaba entre la alegría y, espontaneidad, inocencia de un pequeño de dos años que en medio de sus juegos te sorprende cada día y la imposibilidad de ponerle un peso en la cabeza para que no crezca más. Todo alegría que supongo desaparece o se oculta cuando una enfermedad azota
Y mi pensamiento se desplazaba hacia una persona anciana que ve como su vida se apaga y todo el trajín que se monta a su alrededor, extrema tristeza. La debilidad, desgana, depresión, desesperanza, quejas y lamentos. Intentaba comprender sus palabras, la explicación de su existencia, porqué había llegado a esa situación y casi todo lo que veía me parecía absurdo.
Espero que un buen gol me despierte, acabe con el jet lag y conceda paz a esa dama de mis pesadillas que me persigue como los fantasmas del bardo inglés, que expresaba las vicisitudes humanas con extrema elegancia y buen gusto, además de una gran exactitud.
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