Llega el primer ataque con 59 Tomahaws de la época Trump, es un arma de resultados probados, si conoces las coordenadas del objetivo y no creo que los datos se hayan conocido en estos últimos meses. Los ordenadores dieron la solución. Los medios los comentarios.
Ahora, como no hay mucho que decir ante un ataque quirúrgico si sale bien, se añade que la diplomacia en Siria debe ser eficaz; muy cierto ojalá que no hubiese que emplear esas armas tan caras y que matan.
Los misiles funcionan, pero no solucionan porque el conflicto es largo, el enemigo juega sus bazas y nadie quiere involucrarse realmente, digamos que esa parte del globo, esas creencias políticas disfrazadas de religión seguirán golpeando. Son los tiempos modernos.
También es moderno no tener trabajo, sobre todo un trabajo como se conocía hace 50 años, muchas lunas, cuando el Tomahaw solo se utilizaba en las últimas de John Ford.
Al parecer un trabajo estable será cada vez más un lujo, aumentará el desfasaje entre los paises, los menos desarrolllados sufrirán más, los robots sustituirán a los humanos, más personas trabajarán desde su casa o harán algo para aportar unos dólares; en las Españas no sé si proliferarán los bares, las peluquerías o las escuelas de sardana.
Aqui en la dulce California, ya se ve esa tendencia y no me refiero al mundo del cine, donde Amazon y Netflix pegan fuerte, en ese mundo se curra con horarios extraños, cirugía plástica, ayudas psicológicas, divorcios y vuelta a empezar.
Nada es apocalíptico, no conviene contar batallitas, es una simple e inteligente adaptación.
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