Aeropuerto de Los Angeles, LAX para los amigos. Llego a la Tom Bradley con tiempo, tráfico, calor poco habitual en estas fechas. Aquí rodaron Die Hard 2 y muchas películas.
Ni en estos tránsitos te dejan tranquilo. Mi vuelo tiene otro número y va a tope, sin embargo la cifra que se menciona más es 155, un artículo de la Constitución.
Cuando me levanto se lleva esperando la declaración de Puigdemont, con el pan con aceite, rumores, cancelaciones y declaraciones diferidas, desayuno.
Todo pendiente del palacio de la Generalidad y el Senado de Madrid.
Al parecer durante la noche de la costa Oeste se han producido rumores en varios sentidos, con los medios anunciando elecciones.
Entre mis tostadas habla Puigdemont y ante la sorpresa de los medios en un discurso confuso y breve ( para mi meridiano) dice que las elecciones no están garantizadas (?), se manifiesta contra el PP y deja decepcionado a muchos que creían que se convocaban elecciones, que se volvía a la legalidad.
Luego el Senado y en paralelo el Parlamento de Cataluña.
Un esperpento en el parlamento autónomo. No se sabe ni de qué se trata. No habla el president, no da la cara.
Allí los que están a favor de la independencia son breves sin argumentos, como si pensasen vamos a probar la independencia que de eso se trata. Los otros hablan mucho con argumentos, pruebas, evidencias, lo que debería provocar que se escondiesen los primeros ocultando sus carencias y errores. Siguen aferrados en sus escaños, en silencio. Nunca había visto cosa igual.
A ver si llego a tiempo...
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