Aunque no deje de sorprenderme, maravillarme, eso del tiempo, volar, velocidad, la Tierra redonda, resulta que estoy en verano, hemisferio sur, sol y playa, todo muy bonito, muy australiano, no se si real. Antes te has parado en Oriente Medio, con sus cosas, sus gentes, y la manguerita de rigor en los lavabos, los rezos. Se supone es diciembre, hacia la Navidad, aunque todo depende de la religión. Entre lo largo de los vuelos, océanos, pantallas con series o películas, incluso noticias, como el rey Carlos explicando lo de su cáncer a sus súbditos, el jet lag te atiza. Además al llegar a los 10 husos horarios oficiales te das cuenta que un día es como si no hubieses vivido. No pasa nada.
A punto de colapsar he ido a un party, palabra cursi con dos cojones, vino pro seco, de esos que los de por aquí hacen de vez en cuando para que los vecinos se hablen en este mundo pluscuamperfecto . Me controlo tengo que socializar, ser agradable. Se dan cuenta que soy español de España. El mundo esta lleno de tópicos, esto es una isla grande pero una isla, además la colonizaron esos anglo sajones tan suyos. Evito los temas de football, política, historia, Inquisición, vascos y catalanes, arroces, siesta (en lo que más pensaba) y por supuesto sexo Epstein o lo del rey Carlos. Reconozco que soy muy petardo. Mis años rodeado de diplomáticos, fantásticos, cambiadores del mundo, no me ha aportado gran cosa. A Sánchez no le conoce ni Blas.
Al final. recuerdo a esos del XVI y posteriores y me solidarizo con ellos. Conseguí acabar con lo de Cronwell que acabó decapitado como se sabe. Al parecer el embajador del Emperador informo del desastroso trabajo del verdugo (no el de Berlanga) que hizo un verdadero estropicio hasta conseguir que la cabeza fuese separada técnicamente del tronco. Creo que ya lo dijo Franco :"cuanto cuesta morirse".
Puedo prometer y prometo que seguiré al Madrid, caiga quién caiga y le pese a quién le pese, hasta el final





