miércoles, 5 de diciembre de 2018

Aniversarios, celebraciones, reflexiones.

No es hoy un aniversario que recuerde, pero seguramente algo pasó en algún lugar del mundo un cinco de diciembre. 
Dentro de un par de días si se recordará aquel ataque en las Hawaii que supuso la entrada, tan ansiada por los británicos, de sus primos norteamericanos en la Segunda Guerra mundial y el cambio definitivo de la tendencia. Los japoneses velarán en su educado y respetuoso silencio.
Hay muchos asuntos que resolver. Ambas grandes naciones anglosajonas agitan sus espíritus políticamente revueltos con diferentes zozobras. 
En Londres habrá debates en el Parlamento y no tengo claro que va a salir sobre esto del Brexit. Tiendo a suponer que se desgastará a la PM y su gobierno, le abandonarán algunos y en la votación ya veremos. Es una situación delicada, aunque no estén los carros alemanes amenazando. Los alemanes callados sólo piensan en el relevo de Merkel.
En Washington casi todo gira en torno a intentar cargarse al presidente Trump o que por lo menos no repita. Es otra situación delicada, pero no hay que mandar a los portaaviones fuera de Pearl Harbour para que no les hundan. Hay mucha política, pero las bases parecen firmes.
Mañana, en España, hace cuarenta años de la constitución de 1978, esa ley de leyes que regula nuestra convivencia y las cosas están como están.  Parece que lo importante es ser derechas o izquierdas, poner adjetivos y asustar con que llegan los "otros". Mientras los yankees siguen siendo una nación fuerte amparada en sus leyes e instituciones, o los británicos se unen cuando les tocan sus cosas, nosotros nos dedicamos a debilitarnos con nuestras quimeras que no llevan a ninguna parte. Quiero pensar que una inmensa mayoría está satisfecha con unas leyes, forma de estado, instituciones o compromisos que regulan nuestra vida en el marco de una organización en construcción como la Unión Europea. 
Este es el pegamento que une, no debemos dedicarnos a destruir

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