domingo, 18 de julio de 2021

Boxeo.

Son de esas historias que lees en un periódico, donde un corresponsal informa, en este caso en USA, un hombre, negro, de 83 años sale en libertad después de pasar 68 preso por una condena a cadena perpetua cuando tenía 15; los mismos hechos, el mismo sumario hoy hubiesen significado probablemente una condena entre 5-15 años. Su nombre Joe, apellido Ligon, sin hacer  bromas con el castellano. Todas las comparaciones son odiosas con otros sistemas, pero el método es duro allí en el país de las grandes praderas, las mezclas, el racismo, o las posibilidades de los sueños, aunque luego lo maticemos con las películas. No es normal el relato excepcional, lleno de preguntas de una persona que no había ido al colegio, segregación racial, que ha sufrido cáncer en la cárcel, que ha aprendido a vivir, que no aclara si su conducta le produjo algún beneficio que sólo ha conocido el mundo por la televisión, que no recuerda los hechos. No se observa rencor, pudo obtener la condicional; los sucesos de Filadelfia que le llevaron a la cárcel supusieron la muerte de dos personas, dice que no le trataron bien cuando era un niño. Le gusta el boxeo, Joe Louis, como a cualquiera, que le conoció, quizá por eso ha aguantado, encajando, que la vida tiene mucho de aguantar, encajar golpes, levantarse y seguir combatiendo, hasta el final como Joe Ligon.

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