Hacer una película es duro, largo, complicado, con mucha gente en multitud de tareas específicas, el director como un mariscal de campo, decidiendo todo, supervisando, el de la segunda unidad, confiando en sus directos colaboradores, horas y horas para muy pocos minutos de pantalla. He conocido a un inglés, digamos que atendía por John, se parecía a Jose Mota imitando al príncipe de Gales en "Ande andarán", muy profesional, digno, agradecido; todo son esperas, vestuario, pruebas, maquillaje, peluquería, más pruebas, y al final acojonado porque no oigas lo de rolling...action...cut..., todavía no se porque lo he oido ni me he equivocado, me recordaba a volar en inglés sin entenderlo. Te vas creciendo te crees Cantinflas en "El extra" o recuerdas "el guateque" con el genial Sellers, no sabes que te pueden cortar y no apareces tras horas de intentarlo. He hablado en los pocos recesos de toros, Almodóvar, don Luis Buñuel, les he dicho a los jefes que no entienden lo de los toros, pero que no se preocupen, Welles, Hemingway o Ava Gadner probablemente tampoco. Hacen muchas tomas para luego escoger sin saber lo que escogen. Hoy he alcanzado la cima de mi carrera cinematográfica, no he contado los intentos, han sido muchos ¿todo para qué ? Cuando me pedían que pusiese mejores caras ante algo fantástico, genial, mágico, un flechazo amoroso, he dicho en voz alta que pensaré en mi equipo de fútbol, se reían los técnicos y la familia me ha avisado que no he mencionado al Madrid, al parecer mi defecto es que doy por hecho que todo el mundo lo sabe, me refiero a mi tendencia madridista.
martes, 6 de julio de 2021
Entre Cantiflas y Peter Sellers.
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