El título de una película a veces es muy importante. Al traducirlas a otro idioma, en muchos casos, cambia. Me gustaría titular al mundo maravilloso/perdido/ de este siglo XXI, pero no encuentro una frase una palabra, ya no tenemos a Groucho Marx entre nosotros y su inteligencia/sentido del humor nos serviría, por lo menos, para decir: Tiene razón.
Si este siglo XXI lo titulase como este artículo, se consideraría machista y si fuese de PSOE o Podemos tendría que decir niños o niñas; de mujeres u hombres, no estoy seguro. Mientras lo discutían moriría gente.
Cuando ves una película, sabes que el malo es el malo y la clase de crimen que está cometiendo, puede que haya intriga y despiste, pero normalmente al final se sabe.
La realidad no es igual porque la información/desinformación juega su papel. En las Españas sucede con el pretendido master de la señora Cifuentes y su cargo público (más su aireado futuro) ¿Cómo es posible que "parezca" tan culpable y ahí siga, no hay pruebas definitivas, es mentira?
Lo mismo sucede con los muchos juicios sobre corrupción/políticos afectados o el caso del ex gobierno/responsables de la Generalitat y sus pretensiones/intenciones/hechos que ahora los avalan los comités en defensa de la república, que suena a Leningrado antes de serlo.
A nivel internacional desde el espionaje -muy viejo, muy ruso- y sus posibles implicaciones, sus verdaderas consecuencias, porque ya sabemos que los verdaderos/buenos espías no dejan rastros. A ese nivel está el señor Trump y sus escarceos en el mundo del sexo con señoras que nos apabullan en las pantalla y que en la realidad hay que valer porque aparecen los olores y sabores que hacen todo más humano, real y frágil. Entre unos y otros van cubriendo la actualidad de cada día y el tiempo que dedicamos a pensar u ocuparnos por algo realmente interesante es muy poco, escasísimo.
No encuentro ni el título.
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