Cuando digo saben, me refiero a lo que estudian y asimilan, a su preparación.
Se produjo un esperpento en los medios de comunicación ayer, convulsión en la sociedad, y todo por un presunto Master. Deambulamos por el siglo XXI y llamamos Master a cualquier cosa, sin pudor. Hay uno en la Universidad pública de Madrid donde asiste la entonces delegada del gobierno en 2012. Ahora mismo no se sabe si verdaderamente aprobó o no. Eso si nadie discute si esos estudios sirven para algo, porque parece que impriman carácter en los asistentes. Yo en el cole y posteriormente, incluso en estudios de postgraduados míos, vi a gente que hacía trampas, eso no me sorprende.Tampoco me da susto la torpeza humana y los errores. La estupidez de unos y otros me aterra.
Si soy presidente del gobierno y me dicen que la presidenta de la Comunidad de Madrid-de mi partido- está acusada en los medios de presumir de un "Master" que no ha finalizado (debe ser muy difícil, complicado y de muchas noches estudiando), me tendría que tomar un whisky, o tres, antes de decir lo que pienso.
Ya se que los políticos- la inmensa mayoría- se dedican a eso porque no saben otra manera mejor de ganarse la vida que quieren llevar. He conocido a muchos en persona y me han dado-en general- una imagen pobre, de parlanchines, "profesionales' de no hacer o decir nada.
Un periódico digital sacó la noticia y anunció que tenía más preparadas-, debieron decir entre ellos, la tenemos pillada. Este periódico, con su director al frente, alardea de una pureza sin mancha. Desconozco los masters que ha realizado
Luego, tras 12 horas, el equipo de la "acusada de algo y todo" para que dimita y acabar su vida política, enseña las notas.
Patético, todo patético.
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