Agua, por favor (XXXIV día encierro)

Pactar, lo básico en política, ceder, ponerse de acuerdo, porque casi nunca llueve a gusto de todos, en España menos.  Los nombres de los pactos son lo de menos, substancia necesitamos. 
Llueve, llueve a cántaros, como en Ferrol, le viene muy bien a España, no se al covid-19. Aunque parezca mentira miro el estado de los embalses, semanalmente, de siempre, ahora se retrasan en presentar las estadísticas, debe ser escasez de personal. Tenemos casi un 5% más que hace un año, 10% menos que hace diez. El agua es vida, fundamental, allí empezaron los seres vivos su evolución.

Cuando había NoDo salían siempre las inaguraciones de pantanos, cortar cintas y cintas, al parecer no bastantes. Estudiar ingeniero de Caminos, Canales y Puertos representaba una salida digna, de hecho según mis profesores (para uno del cole muy famoso de demostrar la derivad logarítmica), los mejores alumnos en ciencias tenían que ir a Caminos), familiares y amigos de casa me animaban a estudiar Caminos, ponderando que me agradaban las matemáticas. Bueno, a mi me gustaban muchas cosas. El caso es que no se si encontré mi camino por no hacer Caminos. Si me quedé con el agua escasa, porque desde que tengo capacidad para razonar, sin haberla utilizado a menudo, he odio hablar de la pertinaz sequía de España, el tren de borrascas canadienses, el anticiclón de las Azores, el desierto que avanza, el agua de los ríos vertida al mar, el trasvase del Ebro, el plan Hidrológico, el norte, el sur, la abundancia, la escasez, las lluvias deseadas, y el cambio climático, desigualdad y falta de solidaridad. Todo esto con gobiernos de todos los colores o medio colores, incapaces de ponernos de acuerdo. Quizá esto sea una metáfora cruel.