domingo, 5 de abril de 2020

Domimgo de Ramos (XXIII día encierro)

Yo nací un Domingo de Ramos, según el dicho "al que no estrena, se le caen las manos". Es un día bonito del calendario, de luz. En otros tiempos, hubo una semana trascendental, allá por el año 30 de nuestra era, aquel domingo caía en un dos de abril. Comenzó con una entrada triunfal en Jerusalén, luego todo se precipitó hasta el siguiente domingo que cambió el mundo futuro. 
Nací en casa de mi abuela. Mi padre preguntó si le habían traido unas camisas encargadas, estrenaba algo ese día. Mi abuela le replicó : Y un niño.
Me adelanté algún tiempo, siempre he sido un poco de anticiparme, de perder el paso.
Seguimos en la pelea. Hablan de fases, mesetas, curvas, picos alargados, futuro, hablan muchos, espero que piensen más. Dentro de las opiniones volvemos a la botella medio llena, pesimismo, optimismo político vacío, racionalidad, ignorancia, sensatez, hay de todo.
Una columnista prestigiosa. Lucía Méndez, afirma que parece como si hubiesen programado el covid-19 para castigar nuestro modo de vida. Hay dos palabras que me llaman la atención, nuestro y programado. Nuestro, ¿a quienes abarca? Programado ¿por quién? Da un poco igual, porque no creo que nadie lo haya programado, no hay tema para película de 007, la del futuro, protagonista mujer, raza negra, británica siempre. En cuanto a nuestro modo de vida supongo que se refiere al de los últimos tiempos que han durado mucho, ya lo hemos repetido, el estado del bienestar, el politiqueo, incoherencia, superficialidad . Hay una generación, o dos, tres, cuatro, cinco, seis, que hemos vivido en el esplendor. No creo que nadie haya programado nada, ni creo que sea un castigo aunque va a ser duro, es más sencillo, el ser humano es bastante estúpido en masa, no va a lo esencial de las cosas, no aprende, ni del pasado ni la Historia, ni los errores, tropieza una y mil veces en la misma piedra, no enseña, ni escucha, se cree la de dios. Atesora un sorprendente concepto de si mismo en medio de su despiste general.
En estos días de elevado número de fallecimientos, muchos de lo que llaman edad avanzada, también se ha ido Aute, que también tenía sus años, lo cual he sentido. Ya se que andaba mal hace tiempo, tuvo una vida llena, luego es natural su despedida, a mi Aute me gustó siempre, me ayudó, aportó.

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