Todos tenemos canciones favoritas, a mi hubo una que me marcó, lo curioso es que no entendía la letra, no se de qué cuestiones divinas o humanas hablaba, sólo sabía que era en inglés.
El castellano, español, es un idioma muy rico, el cual yo adoraba junto al francés que bien aprendí en el colegio, pero corría el año 1970, en donde yo intentaba formarme. Alguien ponía una canción, siempre, justo cuando los de primer curso teníamos que salir apresurados a nuestras clases tras una rápida comida, sin casi tiempo de café. Hay que reconocer que el inglés tiene una especial idoneidad para la música llamada "ligera", rock o moderna, en sus múltiples estilos. Mi padre que no era un adolescente, zarzuelero, cuando invadió el panorama, gustaba mucho de Elvis Presley, nunca me lo explicó.
El castellano, español, es un idioma muy rico, el cual yo adoraba junto al francés que bien aprendí en el colegio, pero corría el año 1970, en donde yo intentaba formarme. Alguien ponía una canción, siempre, justo cuando los de primer curso teníamos que salir apresurados a nuestras clases tras una rápida comida, sin casi tiempo de café. Hay que reconocer que el inglés tiene una especial idoneidad para la música llamada "ligera", rock o moderna, en sus múltiples estilos. Mi padre que no era un adolescente, zarzuelero, cuando invadió el panorama, gustaba mucho de Elvis Presley, nunca me lo explicó.
Su autor, Jerry Jeff Walker es el hombre que compuso, grabó por primera vez la canción Mr. Bojangles. Otros grandes como Dylan o Sammy Davis Jr , este genialmente, la hicieron suya, pero en mi memoria suena la voz de Neil Diamond. He constatado, posteriormente, que la letra es optimista a pesar de las circunstancias. Alguien conoce a un tipo en una cárcel de New Orleans, zapatos desgastados, pelo canoso, camisa desgarrada, pantalones amplios. Saltaba alto, muy alto, mientras bailaba. En esa celda el ambiente era muy depresivo cuando Mr Bojangles se puso a contar su historia, habló de la vida, de su perro, reía. Bailaba para los del sur, contando la historia de su perro, todavía afligido después de veinte años desde su muerte, echaba de menos al perro y bebía, por eso le habían arrestado. Bailaba, con estilo, por las propinas y las copas. La vida de Mr. Bojangles no fue fácil, ni afortunada, lo que más quería (además del bourbon) era un perro, que no viven tanto como los humanos. No nos dice la raza, seguramente callejero, simpático, listo, un verdadero amigo. Aún así se pone a bailar, saltar, para animar a sus compañeros de celda. Y es que Mr Bojangles no pensaba mucho en si mismo.
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