domingo, 9 de julio de 2017

El artículo 155 de lo que nos une.

Las comparaciones son odiosas, no deja de ser una frase a la que recurrimos para huir en busca de consuelo o cerrar un diálogo. No todos los casos son iguales, también es cierto. 
¿Cómo hemos llegado a esto? Le pregunta un miembro de la pareja al otro ( por pareja se entiende ella, él, LTBG, o cualquier combinación que no hiera sensibilidades latentes ). Desconozco la respuesta, según cada caso me podría pronunciar, pero siempre hay mucho de condición humana, con un principio, un recorrido y un final.
En el que nos ocupacaso el afán de Cataluña por independizarse, separarse del resto de la Españas, no es para volver a crear un proyecto con alguien; es la decisión de Juan Palomo. Llevamos mucho tiempo oyendo, leyendo y recibiendo whatsapps de esos grupos a los que pertenecemos sin saber porqué que normalmente sólo hacen añadir leña al fuego. 
A los que saben de argumentos históricos no les escuchamos, la Historia se distorsiona con una facilidad pasmosa; los argumentos de derecho tampoco interesan, pesa más el que Serrat tendría que haber cantado el "Lalala" en catalán y no Massiel en castellano, a lo mejor no hubiésemos ganado en Londres Eurovisión pero eso es irrelevante. 
Los nacionalismo, el populismo, el deseo individual, la demagogia, la solidaridad de los territorios, la construcción europea o el ejemplo del Mónaco de Mbappé jugando la liga de Francia se mezclan en un jolgorio de irracionalidad, un delirio de mirarse al ombligo. Un afán por hacer algo innecesario, e inútil. 
No creo que el gibierno vaya a ejecutar de alguna forma el artículo 155 de la Constitución, no me pega. 
Tampoco se como acabará este tinglado, pero como hubiese dicho un tío mío de haber vivido ahora, habrá bronca.

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