sábado, 1 de julio de 2017

El perro que más corre no es el que más caza.

Después de pasar un tiempo metido en reflexiones, sobre las incógnitas de siempre, me decidí a ver el Alemania-España, Sub21, aunque algunos sean ya mayorcitos; quería opinar con mi criterio, propio no de tertulianos. 
En medio del World Pride, el metro a tope y un fresquito que nos alivia, me puse frente a la caja de la estupidez colectiva.
Llevó unos días pensando que hay quién habla verdad y pocos pueden hablar de la verdad, porque estoy casi convencido que hay gente que dice cosas que se alejan mucho de la realidad, pero es la suya y eso les mantiene en su estabilidad inestable. Aún así busco y busco sabiendo que nunca se acaba.
No nos desviemos, vayamos al fútbol visto en televisión.
Alemania nos ha ganado bien, nada que contestar, frustración y desilusión si, pero han sido mejores.
Han jugado como un equipo compacto, solidario, muy ordenado, sin cometer fallos, fuerte ( su físico es mejor), presionando y replegando, aquello de jugar con y sin balón. Destacas a alguno pero te quedas con el grupo. 
Han sido superiores casi en todas las facetas , casi todo el encuentro,y nosotros no hemos sabido ni imponernos ni explotar nuestras cualidades. Hay que ser inteligentes y aprender es de listos.
He visto detalles de alguno de nuestros excelente jugadores, pero esta noche tendrán que reflexionar. 
No es que el fútbol se resuma en la frase de Lineker ( once contra once y siempre gana Alemania) sino que el fútbol es complejo y siempre hay un rival, hay que jugar en un equilibrio entre tus formas y la del oponente, por eso ganar no es tan sencillo. Lo más complicado es tener continuidad, adaptación a los obstáculos y reveses, poderío a lo largo de un campeonato corto e intenso.
Esto no es el final, sólo una final. El mundo continúa.

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