sábado, 15 de julio de 2017

A los hijos de la patria.

Para ser político hay que valer. 
En estos tiempos de escasa solidez intelectual, preparación académica, pocos fundamentos, penuria de lectura y reflexión tenemos a Mr.Trump viajando pro Europa en el 14 Juillet y dando la mano como si fuese un genial secundario de Ford en el Congreso de Washington, mandíbula apretada.
A monsieur Macron, recién llegado casi como Trump al politiqueo, no le quedó más remedio que aguantar. 
Todo por la imagen que se pretende dar a un mundo que vive de imágenes que cambian a velocidad de vértigo.
Las imágenes del nuevo gobierno de la Generalitat, con los ceses últimos, que no son ceses según el responsable de cesar (?) no han mejorado la imagen de esta institución autonómica. 
Voy a callarme ( o hacer el comentario por última vez), en las Españas los políticos (la mayoría, ellos y ellas) no tienen buen pinta. No hablo de como visten, huelen, las corbatas, la ausencia de corbatas, los tarjes, modelitoss, faldas o pantalones, los peinados, que también. Hablo de como se expresan, uso del idioma, ellas o ellos; lógica, discurso, método, expresión, respuestas, coherencia, un etc...muy largo; de tal forma me siguen las visiones golpeando en mis recuerdos mientras los escaladores suben los Pirineos del Tour, que cuando una, o uno, me sorprende gratamente, del partido que sea, pienso que hay que votarle para presidente de algo...
No es sencillo encontrar  alguien con buena pinta, sensato, que vaya al meollo del asunto y además en su ADN, habría que analizar su ética, que no es moco de pavo.
Retorno a los clásicos a Shakespeare por su belleza o a Cervantes y Quevedo por su hispano sentido y su aguda inteligencia, voy en busca de razones que nos consuelen en momentos de zozobra. Hasta el final.

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