sábado, 31 de octubre de 2020

Tópicos descerebrados.

En muchos casos, demasiados, casi como un arma arrojadiza, oyes que los argumentos, se sostienen a base de mencionar lo que llamo tópicos descerebrados actuales. Ocurre no sólo en la política sino en otras áreas. Sabemos hace tiempo que el mundo se globalizó, que las noticias, falsas o verdaderas, vuelan, que hay un exceso de información, que casi es imposible aislarse, requiere un auténtico, titánico, esfuerzo, pero, sobre todo los profesionales, deberían mostrar más dignidad consecuencia de su supuesta imparcialidad. En mi existencia hubo tiempos de silencio, momentos en que en España se abusaba de la palabra democracia y demócrata, sin por otro lado ejercer estos dignos logros, libertad o justicia, como para recalcar que tu lo eras y el otro no; se utilizaba país porque España ofendía a los nacionalista que brotaban como setas y se asociaba al franquismo anterior. Ambos cuestiones afrontadas con propiedad son serias, necesarias, compatibles, inequívocas. Ahora se utiliza al candidato Trump, que lo es de otro país muy, muy distinto, para comentar algo sobre un político rival sólo para desprestigiarle, ya sea añadiendo ultra derecha, racismo, fascismo o manejo de la crisis del covid-19, todo asociado al todavía presidente de un pueblo,una sociedad, que nada tiene que ver con esta que nos cobija. Habría que preguntar a los votantes USA sobre asuntos de España, parece que esta vez habrá más que preguntar, por ejemplo sobre lo que dice ese señor de Lemoa sobre los asesinatos de ETA, terrorismo, un teórico hombre de Dios, todo lo justifica, antes y ahora, este individuo si da signos de fascismo, racismo, totalitarismo mezclado con enajenación mental. .

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