La historia de este último mes no es hermosa, es triste.El partido contra Australia un trámite, resuelto con dignidad y donde se demuestra que el fútbol es cosa de dos, porque los australianos estaban de medio vacaciones, como las finales de consolación.
Se ha perdido, o nos han eliminado, por múltiples razones. Los otros rivales, Holanda y Chile jugaron mejor, por intensidad, ganas y fútbol. No es que no hayamos hecho "nuestro" fútbol, es que no hemos jugado a nada.
Los jugadores escogidos, quizás los lógicos, porque lograron la clasificación no llegaron en buenas condiciones y la inmensa mayoría defraudaron. Se encontraron, de pronto, sorprendidos por los rivales y no hubo respuesta, todo era previsible, sin velocidad. No creo que nos hayamos enfrentado al futuro campeón, simplemente estabamos mal y hacíamos parecer muy bueno a cualquier rival.
Los responsables sabrán que cosas se han hecho mal, pero si ha habido exceso de confianza es un mal rollo. Habrá quien opine como yo que durante estos dos últimos años se han producido señales que avisaban y esas medidas, que ahora se tomarán con naturalidad, eran como los indicios de las tormentas en el horizonte, previsores no lo somos mucho.
El recuerdo, queda junto a los títulos y una cosa es este campeonato y otra el triunfal recorrido de seis años, ahí está. El reconocimiento perdura y el agradecimiento será eterno.
El futuro será el que construyan basados en los mejores jugadores disponibles. Toca construir, no de cero, pero lo importante es la idea en la cabeza y el material disponible. Esto es fútbol.
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