En un cementerio se ha fotografiado al fantasma de un soldado, es un cementerio francés y el soldado murió en la Primera Guerra Mundial como tantos millones. Digno de su castillo en las Highlands, el fantasma es escocés y no se si ha decidido quedarse a vivir en Francia o volver a su Escocia natal, que ahora pretende ser independiente del feroz yugo de Londres. No le ha extrañado ver Europa tan revuelta porque él murió en una guerra que es mucho peor. Si se ha sorprendido de que se vote un presidente de la Comisión y sus compatriotas sólo quieren a alguno que no pinte nada y deje las cosas como están. Ha notado Europa cambiada y no entiende muy bien a donde va. Sólo le queda la música.
Al fin y al cabo, entre las convulsiones europeas, los Stones tocaron por fin en Madrid y no eran fantasmas sino reales. No conseguí entradas, ni pagando. Las colas empezaron pronto y los seguidores/sufridores aguantaron perfectamente. A las 2355 empecé a oír desde fuera los acordes de Satisfaction, I cann't get no... me valió la pena. Me tuve que conformar ya que no soy un fantasma y no pude colarme al lado de Jagger y sus amigos. Pero vi escalar por las paredes del Bernabéu al fantasma escocés tan tranquilo y mi pobre móvil no obtuvo la foto definitiva.
Poco más puede hacer un fantasma en estos días. Si volviese el fantasma de Mahoma no se si arreglaría lo de su herencia y en que situación colocaría al mundo musulmán. La división entre chiíes y suníes es el gran problema que se compensa parcialmente con los petrodólares y nadie ha sabido arreglarlo desde entonces. La cuestión es porqué aparecen unos fantasmas y otros permanecen ocultos sin dejarse fotografiar.
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