domingo, 11 de diciembre de 2016

Arma de doble filo. Coliseo romano VIII.

Un Deportivo que parece en forma llegaba en una fría noche de Diciembre, como siempre con ex jugadores nuestros. Supongo que esperanzado y pensando, ahora o nunca.
Nuestro entrenador asume riesgos y hace muchos, muchos cambios con esos jugadores que me producen dudas y que se pretende comprobar una vez más, su nivel:  leasé Danilo, Isco, James y Morata; de los demás no albergo preguntas, aunque pueden estar bien o mal.
Está la copa intercontinental a la vuelta de la esquina y no se quiere desgastar demasiado. Ahora bien, asumir se asumen riesgos.
El Depor jugó su partido con sus cualidades y poco hizo. Nosotros no jugábamos con ritmo y no ramatábamos, aún así se ganaba 1-0, que es siempre inconfortable.
De pronto los regalos defensivos, faltas en ataque del contrario y remates de Joselu que fue uno de los nuestros, total 1-2 y empieza la remontada. Fue épica, necesaria, emocionante y llena de anécdotas; de fútbol poco, escasez de calidad en los centros, donde sólo Kroos era preciso. Poca lucidez en la mayoría, mucho corazón.
Se recurrió a Mariano, que salió como un poseso, sobreexcitado, rematando lo que llegaba o no llegaba y marcó el empate.
El fútbol de acose y derribo, estadio entregado, dió su fruto con otro gol de S. Ramos, de cabeza, a un córner bien lanzado pro Kroos y mejor rematado.
A final, 3-2, el público local encantado, Ramos otra vez héroe y los tres puntos en casa.
Los que piensan que  deberían jugar más, tienen que seguir mejorando y alguno hay que hace más méritos que otro. No es que sean inadecuados, es que jugar en el Madrid es harto complicado y constancia y continuidad son virtudes que demandamos.
Se acabó el año en Chamartín.

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