viernes, 16 de diciembre de 2016

En el Imperio del sol naciente.

No se que pensarán los educados y ceremoniosos japoneses de estos torneos.
La FIFA no me gusta demasiado, sus dirigentes menos. Comprendo que hay que promocionar el fútbol, sacar pasta que no se sabe bien a donde va a parar y ser políticamente correcto, por ello nos encontramos en Japón.
A las 1130 am de Hispania me pongo a ver el América-Real Madrid; semifinales de una copa absurda con unos participantes heterogéneos, candidatos geográficos y llenos de ilusión, porque les dicen que si ganan son los mejores del mundo(?). 
Vanitas vanitatis.
Según los jugadores mexicanos es el partido de su vida, según su entrenador, La Volpe, ya se puede retirar si gana, en fin, las habituales boludeces; todos a querer ganar al Madrid, lógico y normal.
El caso es que el América en semifinales sobre el campo duro me pareció un equipo correcto, defensa de cinco, muchas preocupaciones por las marcas, entradas de profesional, obstaculizar, o dejar pasar al balón sin delantero y...ahí se queda casi todo porque lo que es hacer goles no lo intentaron mucho o estaban ya descoordinados cuando no les quedaba otra.
Sacamos un equipo competitivo con lo disponible; fallamos ocasiones aunque fuimos serios en defensa. Lo curioso es que vas ganando 1-0 y te pueden meter un gol en cualquier momento, cualquiera puede hacerlo y, a lo mejor, estaríamos con otra cara.
El equipo cumplió, sin más. Me gustaron Lucas, espléndido, y Luka Modric sobre todo. CR7 no estuvo mal, metió su gol, palos y oportunidades salvadas por el portero rival. Benzema torpón y muy buen gol. Correctos Varane y Nacho, sin acierto en sus centros Carvajal (cosa rara) y Marcelo; Casemiro entonándose.
Al final 2-0, intervención de la tecnología en el segundo gol, desconcierto y margen de mejora.
Ahora quedan los nipones, la sorpresa que a lo mejor no lo es tanto.

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