He dicho en muchas ocasiones lo que me inspiran los ingleses y en resumen me inspiran casi todos los sentimientos humanos, desde el odio hasta la admiración más profunda, aunque confieso que no odio a nadie y admirar, admirar me cuesta.
Ealing Broadway es una estación del subway, zona tres. Un, digamos para entendernos, barrio de Londres, ni mejor ni peor y tiene un buen parque, bueno tiene varios. Aquí los árboles crecen felices y el césped puede ser pisoteado y vuelve. Por algo un inglés cuida el tapete de Chamartin.
A este parque le he bautizado como " Emigration Park" .
Ante el sol y la estupenda temperatura los parques se llenan, más si es fin de semana. Este parque estaba no llenos de razas, pasaportes, idiomas, costumbres o religiones, sino estaba repleto de culturas diferentes, hablando en ingles con el vecino y en el idioma materno con los niños.
En efecto, los ingleses, los británicos, casi desaparecen de su propia tierra. Dominaron el mundo, se aprovecharon de sus riquezas, volvían a las islas a construirse mansiones y dejaron entrar a los que aspiraban a un sueño parecido, porque el ser humano cuando ve algo que le llama la atención copia. Se sienten una especie de minoría a extinguir en su propia casa. Algo debía hacer el trabajo que no quiere nadie y London ha sido el ejemplo durante muchos años, aún cayendo el imperio. El Brexit basa en esas sensaciones su apoyo popular.
Al final todo se paga. Mientras a Abramovich no le renuevan su visado y el Madrid se proclama campeón de Europa en Belgrado ante el maestro Obramovic y su equipo. El equipo, jugadores/entrenador se lo han currado y es muy merecido, mucho mérito tienen.
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