Parece mentira que bodas y herederos masculinos fuesen las zozobras de Henry VIII, en realidad era política disfrazada con sexo, ahora otro Henry pasa por el altar con un arzobispo de película en los tiempos de MeToo. No hay nada como un día de sol en England, todos salen a disfrutar al aire libre. Después de la boda en Windsor, los canapés y las bebidas, más felices que nunca se iban a ver el partido entre Chelsea y United que valía una copa y demostraba que el fútbol aquí no es el más competitivo. El Livepool tendrá su oportunidad en siete días para reivindicarlo.
Al Madrid le toca, una vez más, demostrar que ahí está. Su liga no ha sido la mejor para sus exigencias, y su credibilidad está en juego, como todos los años.
Otros en España necesitan aumentar su credibilidad, por culpa del ladrillo.
Leo , y me imagino, que al líder de Podemos están intentando darle por todas partes, ya que se ha comprado, junto a la futura madre de sus hijos, una casa en la sierra, en el pueblo de José Tomás. Como la solidez del discurso de Iglesias nunca ha sido mucha, sus palabras eran, y suelen ser, más demagogia que otra cosa y ahí está el peligro. Me suena ridículo en este siglo XXI meterse con alguien que se ha comprado una vivienda y pretende pagarla. Pero ha usado continuamente un lenguaje de otro siglo sin solidez intelectual con una exhalación de los dolores y quejas de los humanos y por ahora no es ejemplar.
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