¿De qué sirve volcarse con los muertos?

¿O de que les sirve a los muertos?
La frase del título esta inspirada en que leo que el PSOE se vuelca con el señor Rubalcaba que ayer falleció. Al mismo tiempo asistó a un funeral en una iglesia repleta por un buen señor que muere pasados los noventa con amplia familia, larga vida, muchas vivencias positivas. No somos nada, es muy verdad y nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.

Homenajes tardíos de conciencias poco claras de manipulación. El señor Rubalcaba es alabado, ahora, como hombre de estado (yo creo que lo era) por los mismos que no siguen ni su ejemplo ni muchas de sus posiciones/valoraciones importantes  en esa política de estado, que no la pongo con mayúsculas porque aún siendo fundamental pocos la ejercen. Los más son vulgares políticos de la coyuntura, no del Estado. No me vale el reconocimiento pasado, basado en nunca es tarde si la dicha es buena. Menos el pretender una sensación de unidad en campaña electoral, aunque reconozco la habilidad de los que sugieren y mueven los hilos. No podemos asegurar que nos este viendo don Alfredo y todos los difuntos, todos, contemplando como nos expresamos, pensamos, metido en otra dimensón, otro mundo, otras capaciades, siendo espíritu, no lo podemos demostrar. Entramos en el terreno de la fe, ¿se acaba todo aquí o hay algo después?

En mi reflexión me vuelve la idea de lo poco que los católicos, españoles en este caso, educados en la fe, utilizamos esa propia fe que teóricamente profesamos para dar otra imágen a la hora de enfrentarnos a la pérdida terrenal de alguien con quién has querido. Ese de Nazareth, al cual invocamos, casi sólo hablaba de fe y amor, unos conceptos poco terrenales, desconcertantes, eternos.