Ahora va Sergio Ramos y quiere irse a China por prestigio y fútbol, digamos la verdad.
Ya acabaron las elecciones, las Europeas que dan sueldos en Bruselas a políticos pasados (como el fútbol en China), y algún neófito; las Autonómicas que fueron inventadas para compensar lo que de verdad preocupa y las municipales que son lo de siempre, el día a día de la comunidad.
Digamos la verdad, todo lo que pasó en las generales quedaba pendiente de estos resultados. El PSOE ha ganado, España es socialista (?) aunque no sepamos lo que significa o "Sanchista" aunque lo sepamos menos. Europa es...un sueño.
Digamos la verdad, el PP ha caído más, sigue la hecatombe como el submarino que intenta que no haya más sonda y se posa en el fondo antes los ataques de arriba, pensando en subir y salir, todo depende de las baterías, lo que duren. PP derrotado sin ser rebasado por Ciudadanos, que sigue siendo un perejil de las salsas que no da sabor. En algún pueblo de Cataluña o en Donostia han resistido. El PP debe reconvertirse, desde hace mucho.
Digamos la verdad, Podemos ha perdido considerablemente, claro que hace cinco años ni existía. Su líder y su coleta se encuentra en fase de y ahora ¿qué me pongo, qué digo, qué hago?
Digamos la verdad, VOX ha entrado, porque partía de la nada, y con el voto de otros descontentos fundamentalmente (como apareció Podemos) deberá hacer política de verdad y probarse en las instituciones.
Digamos nuestra verdad, nadie se fía de nadie. Podemos, PSOE, llevan el lastre de lo que quieran hacer con España, sus alianzas o acuerdos con independentistas, no son ideas "progresistas" o sociales, es la inseguridad que producen respecto al modelo de convivencia y como justifican su complejo catalán o el vasco por venir.
Digamos otra verdad, Madrid, Comunidad y Ayuntamiento, pueden ser gobernados por PP, Cs, y VOX si se ponen de acuerdo. Esto no ha sentado bien a las izquierdas que fabricaron sus muros. No tiene nada que ver con el fútbol, ni con el ansia de Ramos por batir records en China, idioma como el castellano, el inglés, que domina, es que no hay confianza en las buenas intenciones.
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