Hay unos señores en prisión preventiva, juzgados por el Supremo ( ya veremos la sentencia definitiva conforme a derecho) y resulta que salen elegidos diputados al Congreso.Lo son porque obtienen votos válidos suficientes los partidos con los que se presentan en sus listas. Digamos que van al Congreso de Diputados, ayer lunes, a acatar la constitución, dicen sus palabras, lo hacen, acatan, pero todos sabemos (porque ellos lo siguen diciendo) que lo que quieren es independizarse de España ( es decir ir contra la constitución en vigor) como ya pretendieron, por lo cual son juzgados. Van, mienten, acatan sin acatar, se descojonan vivos
¿Tiene sentido?
Desde el punto de vista de Junqueras (cabecilla relevante ) es lógico e inteligente (corto no es desde luego) ¿Qué hacemos los otros, los que acatan acatando, que tampoco me fío de todos?
Quizá podamos argumentar que España es fuerte, que su sistema de convivencia funciona, que poco a poco se convencerán, que su intento es inútil, baldío. Lo que me produce dudas es nuestra ingenuidad, que otros llaman bondad, cobardía, otros estupidez irreversible.
Ayer un doctor experimentado me dijo que sus hijos, los de todos, van a vivir hasta los 120 años, que habrá que cambiar el brindis italiano de los Sopranos: centto anni. El cáncer podrá ser historia en veinte. Nos moriremos, a lo mejor, de una gripe. Si es cierto Junqueras, el matraca Sánchez, el otro Jordi, Guardiola, Xavi, pueden permitirse una estrategia a largo plazo. Da pereza, aburre. Debemos ya pensar en esos 120 años, con un rey, o reina, de Inglaterra de 110, un presidente en USA de 97.
Me pregunto ¿cómo resolveremos lo del sexo? El fantasma de Buckingham o The White House.
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