lunes, 29 de marzo de 2021

Del pasado efímero.

Todas las generaciones tiene su oportunidad, lo deberían saber nuestros llamados líderes políticos que no se sabe bien que lideran, la mayoría se desintegran como el humo del tabaco, se les pasa el arroz. Incluso mozitos, que diría mi abuela, porque además hoy se viven muchos años, deberían ya dejar paso a otros, aunque lo hagan igual de mal. Esa España que pasó y no ha sido esa que tiene la cabeza cana,  ¿de cuando es? Machado lo escribió, en Campos de Castilla allá por 1912, con 37 años, plena madurez, el año de la muerte de Leonor Izquierdo; quizá el espíritu del poeta no era de optimismo, no era el mejor, no eran esos años buenos para el pueblo español, no todo es 1898, a cuya generación pertenece don Antonio ¿cuánto llevábamos así? La reflexión es ahora, en el momento actual donde no se si hay un don Antonio por ahí dando clase sin un duro o euro o ERTE. En esta España de hoy en día, pandemia, repetición de posiciones políticas en Cataluña, deficit, deuda galopante, anticipo electoral en la Comunidad de Madrid que desconcierta a La Moncloa en busca de inventarse una salida, vacunas en tránsito, sensación de descontrol, se observan muchos de los comportamientos de hace más de cien años: "Lo demás, taciturno, melancólico, hipocondriaco, prisionero en la Arcadia del presente, le aburre; sólo el humo del tabaco simula algunas sombras en su frente".
Ya casi nadie fuma, hay mucho taciturno e hipocondríacos, prisioneros de si mismos, fracasados.
"Este hombre no es de ayer ni es de mañana,  sino de nunca; de la cepa hispana no es el fruto maduro ni podrido,  es una fruta vana  de aquella España que pasó y no ha sido, esa que hoy tiene la cabeza cana". No sólo son ellos también ellas, son casi todos, una fruta vana aunque no tengan el pelo blanco.

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