viernes, 26 de marzo de 2021

Un poco de "Laxen busto", que sabía algo a chocolate malo.

Esto suena a un estreñimiento momentáneo que hay que solucionar con un laxante eficaz, echo de menos que el doctor Simón, no nos proporcione su opinión, siempre nítida. En medio de vacunas que funcionan pero no llegan, en concreto a España, un clásico vuelve a la palestra, el canal de Suez. Para los ingleses para su Imperio, comercio, intereses, siempre fue un choke point de máximo intereses estratégico, salvaguardar las líneas marítimas de comunicación, algo que es mejor controlar. Panamá, al igual que Suez, son obras humanas, enorme logros de la ingeniería, los otros son naturales, en el siglo XX el petroleo elevó su importancia; cruzarlo es una experiencia enorme, diferente a Panamá o al de Corinto donde también las paredes rocosas se ven muy cerca. Ahora bien hay que controlarlos a todos. Suez ha sido motivo de guerras, en la actualidad, el tamaño de los buques ha ido creciendo, como los aviones, para que transporten más carga en menos tiempo, los profesionales se van encontrando con retos porque los márgenes son estrechos. Un buque enorme, un portacontenedores, esos monstruos feos en la mar, para mi un tanto anti estéticos, como el Ever Given, 220 mil toneladas de desplazamiento bruto, 400 metros de eslora, casi 15 de calado, se ha quedado atascado, varado en Suez de orilla a orilla. El canal de Suez, entre arenas de faraones, es impresionante, desde un buque de estas dimensiones se debe ver todo muy pequeño y hay que sacarlo porque el 10% del tráfico mundial pasa por allí, dudo que los egipcios los descendientes de aquello de las pirámides puedan solos.

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