domingo, 27 de marzo de 2016

Un dia de esperanza.

Levantarse es un acto normal, cotidiano...para el que puede hacerlo.
Es de esas cosas que un chaval joven, con o sin resaca, ni piensa. Nunca nos llama la atencion la normalidad; sin embargo a muchas personas les cuesta levantarse y no solo porque fisicamente no se encuentren bien, estan impedidas o padezcan algun tipo de enfermedad.
El sol sale todos los dias por el Este fiel a su cita y nuestra cabeza no funciona siempre de la misma manera.
Un amanecer de hace mucho tiempo en Jerusalen unas mujeres se levantaron temprano.
Segun los datos historicos que tenemos habian ejecutado a un reo en muerte de cruz. Su cadaver habia sido sepultado porque alguien se habia compadecido, alguien rico y con notoriedad publica.
Entre las autoridades judias, no las romanas que pasaban de estos lios, habia cierto temor de que el cuerpo fuese robado y se iniciase una leyenda basada en sus promesas de resucitar despues de muerto. Sin embargo era absurdo, como decia TOMAS, uno de sus discipulos, estaba muerto, lo habia visto con sus ojos, morir en esa cruz, de esa manera horrible, y el sabia algo de muertos.
Las mujeres, menos cobardes, mas resolutivas, practicas, que los hombres, fueron al rudo sepulcro a limpiar el cuerpo. Un cuerpo sin vida, agarradas al deseo de estar todavia con El, tocarlo y negarse a esta brutal separacion.
El cuerpo habia desaparecido. El andar pensativo, apesadumbrado, triste, se convirtio en vida y esperanza para siempre.
Ya nada seria igual para muchos, no todos.

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